El aumento de los valores de la presión arterial por encima de los límites normales constituye, con razón, una preocupación de la comunidad médica y la sociedad en general. Los valores sostenidamente elevados de la presión arterial generan riesgos de daño en el sistema renal y los vasos sanguíneos de órganos tan vitales como el corazón, el cerebro, la retina e incluso los miembros inferiores.